tom priceAl nominar a Tom Price como secretario del Departamento de Salud y Servicios Sociales (HHS), Donald Trump ha elegido a un cirujano ortopedista que, en su carrera política, ha promovido lealmente los intereses de la profesión médica, su libertad y, sobre todo, sus intereses financieros. Conservador y representante del Distrito 6 de Georgia, Price patrocinó un proyecto de ley de 2015 que hubiera restringido los esfuerzos por reducir los pagos a los doctores por los servicios médicos.

También copatrocinó otro proyecto de ley de 2011 que hubiera limitado los informes utilizados por hospitales y reguladores para verificar los antecedentes de los médicos antes de contratarlos. Feroz crítico del Obamacare, Price ha tratado de bloquear los esfuerzos del Medicare por reducir los pagos por costosas quimioterapias, y limitar los grandes costos de reemplazos de cadera y rodilla.

También ha liderado el intento por imponer controles federales en las demandas por negligencia médica. La mayoría de las propuestas de Price se estancaron en el Congreso, pero ahora tiene más posibilidades de implementar sus ideas con un poderoso gabinete, y una Casa Blanca y un Congreso controla-dos por los republicanos. “En lugar de tener una Secretaría para la gente, tendríamos un secretario para la profesión médica”, dijo Max Mehlman, profesor de leyes en la Universidad Case Western y experto en negligencia médica, quien revisó la propuesta de Price.

La Asociación Médica Americana (AMA), el grupo profesional de médicos que está entre sus partidarios más importantes, dice que Price aporta una perspectiva única a la posición de secretario del HHS, un puesto tradicionalmente ocupado por ejecutivos de fundaciones, políticos de carrera, científicos sociales, abogados o expertos en salud pública.

El último médico en ocupar el cargo fue el doctor Louis Sullivan, durante la presidencia de George H.W. Bush. Sullivan fue el presidente fundador de la Moorehouse School of Medicine, y un experto en atención de salud de las poblaciones minoritarias. Price, quien fundó una gran práctica ortopedista en los suburbios de Atlanta, no respondió a las solicitudes de entrevistas. En su carrera política, llegó al Congreso con un fuerte respaldo de los intereses médicos, incluyendo la AMA y grupos comerciales que representan a los médicos ortopedistas, dentistas y anestesiólogos, de acuerdo con los datos de financiamiento de campaña recopilados por el Center for Responsive Politics, una entidad no partidista sin fines de lucro.

Pero no hay consenso en la comunidad médica acerca de su nombramiento. En solo unos días, más de 4.800 médicos de una amplia gama de especialidades firmaron una petición en protesta por su postulación. “Las políticas propuestas por el doctor Price amenazan con dañar a nuestros pacientes más vulnerables y limitar su acceso a la atención médica”, escribió el grupo, citando la postura de Price sobre el Medicaid. “El doctor Price pretende preocuparse por la eficiencia, a la vez que se opone a las innovaciones de los Centros para Servicios del Medicare y Medicaid (CMS) para mejorar el valor y eliminar gastos innecesarios en la atención de la salud”.

La alternativa de Price incluye cuentas de ahorro de atención médica para ayudar a los individuos a pagar por el seguro de salud, un concepto adoptado ahora por el equipo de Trump. Pero el proyecto de ley también incluye letra chica llamando a “reformas al abuso de demandas” que permitiría al secretario del HHS dar dinero a los estados para crear tribunales para revisar los reclamos por mala praxis.

El proceso haría más difícil para los pacientes probar un error médico, estableciendo el estándar en “negligencia grave”. En 2011, Price copatrocinó un proyecto de ley que limitaría los informes al National Practitioner Data Bank, un repositorio confidencial de información, de cosas tales como juicios por mala práctica y disciplina hospitalaria, sobre médicos y otros profesionales de la salud.

La información es utilizada por las juntas de licencias de salud y los hospitales que toman decisiones de contratación. “El doctor Price es un médico que obviamente está respondiendo a la presión de colegas en el campo médico que quieren estar exentos de ser responsabilizados”, dijo Carome, quien también revisó la propuesta de Price sobre negligencia.

Price también criticó algunos esfuerzos de la administración Obama por reducir los costos de salud, citando demasiada interferencia gubernamental. Su proyecto de ley para reemplazar el Obamacare impediría que los estados limiten lo que cobran los médicos por los servicios.

Price se opuso a una propuesta de Medicare destinada a frenar el gasto en medicamentos que los médicos administran a los pacientes, como los fármacos de quimioterapia intravenosa. Funcionarios de Medicare han dicho que el gasto en estas drogas pasó de $3 mil millones en 2007 a $8 mil millones en 2015.El cambio, que no ha sido aprobado, habría eliminado los incentivos para los médicos y hospitales que reciben pagos más altos al prescribir medicamentos más caros.

Price co-patrocinó un proyecto de ley en marzo para bloquear la implementación final de la propuesta, diciendo que perjudicaría a los pacientes vulnerables al limitar su acceso a la atención. Price firmó primero una carta respaldada por más de 200 miembros del Congreso, diciendo que la propuesta obligaría a algunos médicos -especial-mente los que están en prácticas pequeñas- a perder dinero.

“El impacto en los pacientes será dramático y afectará a los adul-tos mayores en todo el país”, dice la carta. Price trató de retrasar la implementación de otro plan para pagar a los médicos una tasa fija por la cirugía de reemplazo articular, eliminando las situaciones en las que Medicare cubre los costos adicionales de las infecciones de los pacientes o la terapia física prolongada.

“Él ha sido un republicano leal y un campeón de causas conservadoras que no apoyo”, dijo William Sage, profesor de leyes de la Universidad de Texas en Austin, que ha estudiado el tema de la negligencia médica y los costos de atención. “Pero mucho más importante es que, como alguien con un profundo conocimiento de la atención de la salud, entiende cuán sobrevaluada está la prestación de atención de salud y lo desorganizada y, a menudo ineficaz, que es».